Es una forma de terapia que utiliza un conjunto de técnicas manuales y tratamientos no invasivos, con el fin de curar heridas y aliviar el dolor. a través de la recuperación del equilibrio orgánico. Se basa en 3 principios fundamentales:

– Globalidad:todos los órganos del cuerpo humano están funcionalmente conectados entre sí;

– Autorregulación:el organismo está dotado de un poder natural de autocuración, autorregulación y autodefensa;

– estructura y funcionalidad:todos los componentes de la estructura del organismo se comunican entre sí para mantener el estado de salud, por lo que un obstáculo en esta comunicación afecta la funcionalidad. Según estos tres principios, el osteópata trata al paciente con el objetivo de restablecer la armonía de la estructura, tratando las lesiones desde su origen y analizando sus posibles causas. La osteopatía estructural se centra en el sistema musculoesquelético. Es el más utilizado para corregir patologías y lesiones relacionadas con huesos y músculos. La osteopatía visceral se centra en la estimulación y rehabilitación de las vísceras y órganos vitales, como el estómago, el páncreas o el aparato reproductor. La osteopatía craneal estudia la relación entre la estructura del cráneo y el sistema nervioso. Mediante este tipo de manipulación se estimula la movilidad del líquido cefalorraquídeo, para recuperar el equilibrio orgánico. Es eficaz para el tratamiento de enfermedades orgánicas como trastornos viscerales, problemas digestivos o alteraciones del sistema nervioso (sacro-craneal). Está indicado en el caso de lesiones deportivas, artrosis, cefalea, cervicalgia, lumbalgia, lumbalgia, disfunciones posturales y todo lo que comprenda el mantenimiento de las capacidades funcionales.